La inteligencia artificial (IA) está revolucionando el mundo del trabajo, y no solo por los empleos que podría reemplazar, sino también por cómo está cambiando la forma en que nos preparamos para el futuro. Una de las áreas más sensibles a estos cambios es la jubilación. ¿Trabajaremos más años? ¿Quién se verá más afectado? ¿Cómo podemos prepararnos?
En este artículo, basado en el análisis de The Conversation, voy a explicarte con palabras sencillas y ejemplos concretos qué está pasando, qué se espera que ocurra en los próximos años y cómo puedes adelantarte para que la IA no se convierta en una piedra en el camino hacia tu retiro.
La jubilación ya no es lo que era
Tradicionalmente, llegar a los 65 años era sinónimo de colgar los guantes laborales y comenzar una etapa de descanso. Pero eso está cambiando. Y no solo porque vivimos más años, sino porque los trabajos también están cambiando.
Las nuevas tecnologías, en especial la inteligencia artificial, están transformando la forma en que trabajamos, y eso tiene un impacto directo en cómo, cuándo y si podemos jubilarnos. La IA automatiza tareas, reorganiza industrias y exige nuevas habilidades. Y esto afecta más a unas personas que a otras.
¿Quién se verá más afectado?
No todos estamos igual de expuestos. Según el artículo original, las personas con menos estudios y que ocupan puestos repetitivos o fácilmente automatizables serán quienes más dificultades tengan para mantener sus empleos estables a largo plazo.
Por ejemplo:
Un operario que trabaja en una línea de montaje corre más riesgo de ser reemplazado por un robot o por una máquina con IA.
Un auxiliar administrativo que realiza tareas rutinarias puede ver cómo su puesto se automatiza en poco tiempo.
En cambio, profesiones con una alta cualificación, que requieren toma de decisiones, creatividad o interacción humana compleja, como la medicina, la psicología o la gestión de proyectos, están más protegidas, al menos por ahora.
Esto significa que, en muchos casos, las personas más vulnerables podrían tener que trabajar más años, porque encontrar un nuevo empleo tras ser desplazadas por la tecnología será más difícil. A esto se suma que, si tienen ingresos más bajos, también necesitarán más tiempo para alcanzar una jubilación digna.
La edad de jubilación y la IA: ¿una relación directa?
La edad de jubilación no depende solo de la tecnología, pero la IA puede influir mucho. Si el trabajo escasea para ciertos perfiles y sectores, y al mismo tiempo la esperanza de vida sigue aumentando, los gobiernos podrían verse forzados a retrasar la edad legal de jubilación.
Además, si la IA contribuye a aumentar la productividad, puede que las empresas demanden menos trabajadores humanos, y eso implique que cada persona tenga que cotizar más tiempo para tener derecho a una pensión.
Otra posibilidad es que la IA reduzca costes y aumente ingresos fiscales, permitiendo jubilaciones más tempranas. Pero esto solo sucederá si hay políticas públicas bien diseñadas que distribuyan esos beneficios de forma equitativa.
¿Qué soluciones hay?
No todo es negativo. Existen formas de adaptarse y reducir el riesgo de tener que alargar innecesariamente nuestra vida laboral. Aquí te comparto algunas ideas clave:
1. Formación continua
Este punto es básico. Aprender nuevas habilidades no es solo cosa de jóvenes. Hoy en día, hay cursos gratuitos en línea, talleres presenciales y programas subvencionados para adquirir competencias digitales, comunicativas y organizativas.
La formación es el mejor escudo contra la automatización. Te permite reorientarte profesionalmente y adaptarte a los nuevos entornos de trabajo.
2. Revisión de las políticas de pensiones
Los gobiernos deben repensar cómo se financian las pensiones. Si muchos trabajos desaparecen o cambian, hay que buscar formas más flexibles y sostenibles de asegurar ingresos durante la jubilación.
Esto incluye:
Ajustar los sistemas de cotización.
Premiar la formación y la adaptación digital.
Incorporar nuevos modelos de ingresos pasivos o alternativos.
3. Apoyo a las transiciones laborales
Las personas desplazadas por la tecnología no deberían quedar desamparadas. Es fundamental contar con programas públicos y privados de reciclaje profesional, mentoría y acompañamiento que ayuden a encontrar nuevas oportunidades.
La IA también puede ayudar a planificar tu jubilación
Aunque puede parecer contradictorio, la misma IA que puede poner en riesgo tu empleo también puede ayudarte a tomar decisiones más inteligentes.
Hoy existen herramientas basadas en IA que te ayudan a:
Estimar cuánto necesitas ahorrar para jubilarte cómodamente.
Diseñar planes de ahorro personalizados.
Monitorear tus finanzas en tiempo real.
La clave está en usar la tecnología a tu favor. No verla como una amenaza, sino como un aliado para planificar mejor tu futuro.
Lo que dice la evidencia: desigualdades crecientes
Según los investigadores de The Conversation, existe un riesgo real de que la IA agrave las desigualdades existentes si no se toman medidas. Las personas con menos recursos y menos formación son quienes más difícil lo tendrán para adaptarse, mientras que quienes ya tienen privilegios podrán seguir acumulando ventajas.
Por eso es tan importante que haya una estrategia de país, que combine formación, políticas públicas y colaboración entre sectores.
¿Cómo puede prepararse un joven de hoy?
Si tienes entre 20 y 30 años, probablemente no pienses aún en la jubilación. Pero deberías hacerlo. Porque el trabajo que hagas hoy, y cómo lo hagas, influirá en cómo vivirás tus años mayores.
Algunas claves para empezar con buen pie:
Elige estudios que te preparen para un entorno digital.
Desarrolla habilidades blandas como la comunicación, el pensamiento crítico o la empatía.
Sé curioso y mantente siempre aprendiendo.
Ahorra desde joven, aunque sea poco.
Y si ya tienes más de 50, ¿qué puedes hacer?
La buena noticia es que nunca es tarde. Muchos trabajadores mayores piensan que ya no pueden reinventarse, pero eso no es cierto.
Puedes:
Participar en programas de reciclaje profesional.
Explorar empleos menos expuestos a la automatización.
Utilizar tu experiencia como mentor o asesor.
La edad no es una barrera. La actitud sí.
Conclusión
La inteligencia artificial está aquí para quedarse, y su impacto en la jubilación será real. No se trata de tener miedo, sino de prepararse. Y la mejor preparación empieza por la información, la formación y la acción.
Quienes se adapten mejor al cambio tendrán más posibilidades de elegir cuándo y cómo jubilarse, sin depender de circunstancias externas. Y quienes no lo hagan, podrían verse obligados a trabajar más años no por gusto, sino por necesidad.
La IA no tiene por qué ser una amenaza. Puede ser una oportunidad. Todo depende de cómo actuemos hoy.